Se conoce a la contraparte y se realizan preguntas para interpretar sus necesidades. En conjunto, se definen los objetivos para trabajar de manera alineada.
Se estudian tendencias, usuarios y sus necesidades, a través de herramientas como visitas a terreno, entrevistas y mapa de usuario para la posterior conceptualización del proyecto.
Desarrollo de la personalidad verbal y visual del proyecto, marca o empresa. En este proceso se pueden realizar sesiones de cocreación para enriquecer la propuesta. Se considera tanto la factibilidad técnica como económica del proyecto.
Creación de maquetas para poder facilitar la comunicación del proyecto y entrar a la fase de testeo.
A través del proceso de testeo e iteración, se busca llegar al producto final. Los testeos se realizan considerando cada agente relacionado con el proyecto: organización interna, usuarios potenciales y expertos del tema en cuestión.
Se puede solicitar la gestión con proveedores para concretar la propuesta.
Se entregan las maquetas en todos los formatos necesarios.
Se va entregando periódicamente noticias relevantes con respecto al cliente que podrían mejorar su propuesta de valor. Se realiza un seguimiento ofreciéndoles disponibilidad y disposición para los trabajos siguientes.